
De todos los pacientes que concurren a mi consulta, un gran porcentaje vienen por haber visto el resultado de la restauración capilar en un amigo, un pariente o incluso por terceras personas como el peluquero que le comentan lo bien y conforme que está un determinado cliente con su trasplante.
Es entonces cuando en el medio de la consulta el paciente dice : “Yo quiero que el trasplante me quede como le quedó a mi amigo, tío, primo” o quien haya visto que ya se haya operado.
En ese momento, es difícil vencer la tentación de decirle simplemente : “Ok, te haré el mismo trasplante” para empezar una larga explicación que trataré de resumirla en este ensayo:
La comparar los trasplantes de cabello entre dos personas diferentes, incluso si son de la misma edad y género es como comparar manzanas con naranjas.
Hay variables como la forma de la cabeza y el grado de pérdida de cabello que son fácilmente observables mientras que otras variables, que son igualmente importantes en su contribución a la apariencia final en un trasplante de cabello, tales como el calibre (diámetro) de los pelos, el tipo de pelo lacio, rizado u ondulado, su color y contraste con el color de el cuero cabelludo , no son tan fáciles de visualizar.

Otra característica que influye en apariencia final de un trasplante de cabello es la proporción de cabellos / folículo (los folículos o unidades foliculares son las “islas” en el que los folículos se agrupan en el cuero cabelludo).
Dos trasplantes serán muy diferentes entre si, si en uno la mayoría de las unidades foliculares son un solo pelo frente a otro en donde la mayoría de las unidades foliculares son de dos a tres pelos.
Por ejemplo : Supongamos que en estos dos trasplantes, implantamos 1000 Uf :
Mientras que en el primero la cantidad de cabello será apenas superior a 1000 pelos, en el segundo, la cantidad de cabellos se aproximará a 2500 pelos, Esto definitivamente hace una diferencia significativa en la apariencia final de un trasplante.

La elección de la técnica quirúrgica es de vital importancia. En la actualidad, se consideran solo 2 técnicas quirúrgicas : FUE y FUSS (ver diferencias). Mientras que la técnica FUE, que es mas novedosa y con menor impacto en los tejidos (sin cicatrices) va ganando adeptos entre pacientes y médicos, la técnica FUSS es mantenida por ser menos costosa y por ser mas fácil de realización para el cirujano, mientras que el paciente es condenado a cargar una cicatriz en la zona posterior de por vida.
Muchos especialistas en restauración de cabello señalan como ventaja que realizar ambas técnicas les proporciona la posibilidad de elegir cuál técnica es mejor o se adecúa más a cada caso por lo que, según ellos, la técnica correcta entregará al paciente un resultado óptimo.
La realidad es que lejos de ser una ventaja, el practicar ambas técnicas impide perfeccionarse en una de ellas y ser un experto en alguna de las dos.
El justificativo para combinar ambas técnicas es o bien la cuestión económica o la bien impericia del cirujano para resolver el caso con una sola técnica.
En la actualidad, son muchas las clínicas dedicadas exclusivamente a una técnica y que a base de resultados han sido elegidas por los pacientes. Esto genera un circulo virtuoso en donde a mas pacientes, mas experiencia, a mas experiencia mejores resultados y a mejores resultados mas pacientes las eligen, perpetuando así el ciclo.
Cada sesión de trasplante produce un resultado, pero el resultado final puede que requiera varias sesiones.
Múltiple factores determinan cuántas sesiones puede ser necesaria para lograr el resultado óptimo que el paciente desea : Desde la amplitud de la superficie, la cantidad de áreas a cubrir, la capacidad dadora de la zona donante hasta una cuestión económica o de oportunidad del propio paciente.
Una variable importante es la progresión de la pérdida de cabello.
La alopecia androgenética, la causa más común de pérdida de cabello, es progresiva y si no se logra la estabilización por medio de la medicación, es probable que un trasplante hecho a los 30 años, necesite ser restaurado a los 40 y tal vez a los 50.

La caída del cabello que comienza a edad temprana puede progresar durante décadas. Es por esto que los especialistas recomiendan no operar hasta que la alopecia no esté estabilizada. Si en cambio la alopecia se encuentra estabilizada y la restauración capilar es conservadora (entradas altas, densidad media, distribución homogénea del área trasplantada) el cabello del área donante se podrá utilizar en las décadas posteriores para corregir la pérdida progresiva del cabello
Es importante que el cirujano interviniente tenga en cuenta esta posible progresión así como la transformación del rostro con la edad a la hora de realizar el diseño de restauración, de lo contrario, un trasplante hecho en un paciente joven en donde se eliminan las entradas, se verá antiestético en alguien en la mitad de su vida y podría ser catastrófico si la alopecia del paciente avanzara con una alopecia masiva.
Variables como estos hacen que sea difícil predecir con 100% de precisión cómo se verá un trasplante a lo largo de una vida
Manzanas y naranjas
La caída del cabello y su evolución es única para cada individuo y lo mismo pasa con las características del cabello.
Por lo tanto, la estrategia quirúrgica y el consecuente resultado del trasplante capilar es también único para cada individuo.
Es por ello que las comparativas entre transplantes de distintos pacientes es tan poco útil como comparar manzanas con naranjas.